¿Por qué vibra y tiembla el coche en punto muerto?
Cuando notas que tu coche tiembla en punto muerto, es normal que te preocupes y te resulte molesto. No debes ignorar este fenómeno, ya que puede indicar problemas mecánicos o eléctricos subyacentes capaces de afectar al rendimiento del motor, la eficiencia del combustible y la seguridad general del vehículo.
En este artículo, analizaremos en profundidad las posibles causas del ralentí inestable en coches de gasolina y diésel, cómo afectan al rendimiento del motor y qué recomendaciones puedes seguir para solucionarlo.
Por qué vibra el coche en punto muerto: causas
Cuando el coche vibra en punto muerto, el origen suele ser un régimen de revoluciones a ralentí que no es estable. Una situación de ralentí inestable se caracteriza por fluctuaciones irregulares en la velocidad de giro del motor (medida en revoluciones por minuto o RPM) mientras el coche está parado, normalmente dentro de un rango situado entre 600 y 1000 RPM, dependiendo de la marca y el modelo del vehículo.
Las causas del ralentí inestable en punto muerto son múltiples y abarcan desde problemas en el sistema de encendido y de suministro de combustible hasta componentes mecánicos y sensores del motor defectuosos.
Por ejemplo, fallos en elementos como los sensores de temperatura del líquido refrigerante del motor o en la válvula de control del aire de ralentí, también conocida como válvula de mando de ralentí, pueden impedir que el motor alcance la mezcla óptima de aire y combustible necesaria para un funcionamiento estable en punto muerto. Otros elementos que pueden influir son el volante bimasa y los tacos del motor, cuya mala condición incrementa las vibraciones.
Asimismo, las obstrucciones en los filtros de aire o en el sistema de ventilación positiva del cárter pueden agravar el problema al dificultar el flujo de aire al motor, lo que compromete en última instancia el rendimiento a ralentí.
Las causas más habituales de ralentí inestable en los motores de gasolina y diésel son ligeramente diferentes. En el caso de los motores de gasolina, el motivo más habitual es el desgaste de las bujías o la obstrucción de los filtros de aire. En los diésel, es más común que los inyectores o calentadores estén defectuosos.
Ralentí inestable en frío al arrancar
Las causas de un ralentí inestable en frío al arrancar varían según el tipo de motor. En general, detrás de este fenómeno suele estar una mezcla de aire y combustible en una proporción incorrecta.
Si nos centramos en los motores diésel, los desencadenantes de este problema suelen ser unos calentadores defectuosos que no calientan adecuadamente la cámara de combustión, lo que ocasiona complicaciones al intentar arrancar el motor. En los motores de gasolina, unas bujías deterioradas pueden afectar a la generación de la chispa inicial y provocar una combustión irregular.
Este fenómeno es más evidente cuando las temperaturas son bajas, ya que el motor necesita más tiempo para alcanzar su temperatura óptima de funcionamiento. El problema suele solucionarse instalando bujías nuevas de iridio o platino, o calentadores.

Ralentí inestable y pérdida de potencia
Cuando el ralentí inestable se combina con una pérdida de potencia, el problema es más grave y puede deberse a varios factores. Una causa frecuente es el mal funcionamiento del sistema de inyección. Si los inyectores no pulverizan adecuadamente el combustible, se genera una mezcla pobre que perjudica el rendimiento del motor.
También pueden intervenir otros factores, como una válvula EGR obstruida, que no recircula correctamente los gases de escape y provoca acumulaciones de carbonilla. Cuando esto sucede, el motor pierde eficiencia y se produce un ralentí inestable y tirones a bajas RPM. La limpieza de la válvula EGR y la instalación de nuevos inyectores devolverán la potencia y la estabilidad al motor.
Ralentí inestable en punto muerto: recomendaciones y cosas para comprobar
Hay varios pasos que puedes seguir para identificar las causas de un ralentí inestable en punto muerto y solucionarlo. Primero, revisa las bujías en los motores de gasolina y los calentadores en los diésel. Ambos componentes son esenciales para el arranque correcto del motor. Luego, comprueba que los tacos del motor no estén desgastados, ya que esto podría aumentar las vibraciones. También es importante verificar el sistema de inyección y los sensores del motor, como el sensor de oxígeno o el sensor de presión. Un filtro de aire obstruido o una válvula EGR sucia también pueden provocar este régimen inestable.
Si no encuentras la fuente de las vibraciones, acude a un mecánico para realizar un diagnóstico completo. En cualquier caso, realizar un mantenimiento regular de los componentes mencionados puede prevenir esta incidencia.
Un volante bimasa en mal estado
El volante bimasa es un componente clave en la transmisión, ya que amortigua las vibraciones entre el motor y la caja de cambios. Si está dañado o desgastado, puede provocar un ralentí inestable y tirones a bajas RPM.
Su función es amortiguar las vibraciones producidas al cambiar de marcha y durante el funcionamiento del motor. Sin embargo, cuando los muelles internos se desgastan, no pueden absorber adecuadamente las oscilaciones del motor, lo que provoca vibraciones que se notan especialmente en punto muerto. En casos avanzados, también puede haber ruidos metálicos o dificultad al cambiar de marcha.
Si sospechas que el volante bimasa está fallando, es importante que acudas a un taller para que lo revisen y, si es necesario, lo sustituyan.
¿En qué estado están los tacos de tu motor?
Los tacos del motor son los encargados de absorber las vibraciones y mantener el motor en su posición correcta. Cuando están desgastados o rotos, el motor puede moverse de forma excesiva, lo que genera vibraciones en ralentí y en punto muerto. Este problema es especialmente notorio al acelerar o al arrancar el coche.
El desgaste de los tacos suele ser gradual y depende del uso del vehículo. Están fabricados con goma y con el tiempo pueden agrietarse y perder su capacidad amortiguadora. Su mal estado también puede perjudicar a otros componentes mecánicos, como el sistema de escape. Por ello, es fundamental reemplazar cualquier elemento deteriorado por un taco del motor en perfecto estado para reducir las vibraciones y evitar daños mayores en el coche.

Revisa el sistema de inyección y los calentadores
El sistema de inyección es crucial para garantizar una correcta mezcla de aire y combustible. Si hay anomalías en el funcionamiento de los inyectores de combustible o los sensores de masa de aire, es posible que no se logre formar la mezcla de aire y combustible adecuada para una combustión suave, lo que contribuye aún más a la inestabilidad del ralentí.
Por otro lado, los calentadores desempeñan un papel fundamental en la fase de encendido en frío de los motores diésel. Si están defectuosos, la combustión inicial será deficiente, lo que provocará vibraciones y tirones.
Por estos motivos, es importante realizar revisiones periódicas del sistema de inyección y limpiar los inyectores con regularidad. También se recomienda verificar el estado de los calentadores y reemplazarlos de ser necesario.
Conclusión
Un ralentí inestable puede deberse a diversas causas, pero con un mantenimiento adecuado y revisiones periódicas de componentes como las bujías, los inyectores y los tacos del motor, puedes mantener tu coche funcionando de forma fluida y estable. Si el problema persiste, acude a un taller para que le hagan una inspección detallada y profesional.
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